A veces, mi egoísmo me llena de maldad,
y te odio casi hasta hacerme daño a mí mismo: son los celos, la envidia, el asco al hombre,
mi semejante aborrecible, como yo corrompido
y sinremedio, mi querido hermano
y parigual en la desgracia.
A veces -o mejor dicho: casi nunca-,
A veces -o mejor dicho: casi nunca-,
te odio tanto que te veo distinta.
Ni en corazón ni en alma te pareces a la que amaba sólo hace un instante,
y hasta tu cuerpo cambia y es más bello
-quizá por imposible y por lejano-.
Pero el odio también me modifica a mí mismo,
y cuando quiero darme cuenta soy otro que no odia,
que ama a esa desconocida cuyo nombre es el tuyo,
que lleva tu apellido, y tiene, igual que tú,
el cabello largo.
Cuando sonríes, yo te reconozco, identifico tu perfil primero,
y vuelvo a verte, al fin, tal como eras,
como sigues siendo, como serás ya siempre, mientras te ame.
6 comentarios:
Me encantó...
saludos!
Que bueno Sandrine, que bueno. Un saludo.
solo el amor nos da forma...
buscando... Tu frase la pario tu nick? sigo buscando lo divino de el amor dandome forma...Saludos...
que maestro que sos che!
cuando publicas un libro!????
me encanta como escribis
como expresas
sin palabras
vos las tenes
a ellas
jaja
un abraso
zezi de cba
del facebook simba floyd
HASTA LA VICTORIA SIEMPRE
Hasta la victoria simba!!!
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