27.2.09

Nomiresarriba...


No sabras...

¿Cómo seré cuando no sea yo? Cuando el tiempo haya modificado mi estructura, y mi cuerpo sea otro, otra mi sangre, otros mis ojos y otros mis cabellos. Pensaré en ti, tal vez. Seguramente, mis sucesivos cuerpos prolongándome, vivo, hacia la muerte se pasarán de mano en mano de corazón a corazón, de carne a carne, el elemento misterioso que determina mi tristeza cuando te vas, que me impulsa a buscarte ciegamente, que me lleva a tu lado sin remedio: lo que la gente llama amor, en suma.
Nota:
Y los ojos, qué importa que no sean estos ojos, te seguirán a donde vayas, fieles.

19.2.09

Revolver sin ruido...


Renegado desde el pasado.
(Vuelvo al sur)

Siempre he buscado el sur como pasaje,
como puente hacia lo inexplicable,
y nombre alguna de sus calles invocándolo,
y sus hospitales, su frontera liquida y fétida;
pero la vida me comunico con su voz enronquecida
por el alcohol y las drogas, que había olvidado dos lugares;
Y ahí la literatura se convierte en algo real,
tangible, doloroso e inerte.
Todos mis juegos seudo-literarios se convierten de pronto,
en una realidad que solo se puede escribir sobre la piel.
Yo que busque hace tanto, como veinte años,
la sombra ígnea y plateada de mi viejo muerto,
después de haber perdido el ultimo combate con la razón.
Yo que camine en esa hora incierta y peligrosa,
que aveces transcurre entre las tres y las cuatro y treinta de la noche,
pisando las lajas celeste-rosadas e inmortales,
buscando un indicio de sus pisadas felinas y sigilosas,
luminicas por su vasta sonrisa, que ya su boca que han cosido,
no vuelve a deslumbrar.
Entonces redescubro el sur como un destino incorregible,
que golpea a través de...y entonces se agiganta el dolor,
y la lucha se convierte en guerra sucia.
Por que si alguna vez volví buscando el tema perdido,
o el acorde disonante,
jamas pense encontrarlos de esta manera compulsiva y feroz.
El sur que ame con desconsuelo y valor,
del cual siempre salí indemne,
le dio cabida a mis cachorros y los encerró entre sus fauces,
a los que nunca había temido, y el gato y el torito,
fueron turbiamente apresados en el...
El gato hizo honor a su nombre y salto las rejas hacia el otro infierno
el torito sigue luchando mansamente desde adentro,
con los ojos patinados en una tristeza que conozco bien,
por una dulzura rebelde que lo rinde, lo obliga a seguir escondido
entre vidrios blindados y ventanas preñadas de metal.
El sur me ha castigado duramente,
pero soy un noble producto del barrio ancestral, que aprendió
a combatir cruzando los puentes, aveces levadizos o golpeando
en vano las puertas de un boliche que jamas volverá a abrirse.
Nada puede ser tan casual,
que en el radio absurdo de diez manzanas,
estemos el tigre y los cachorros, ninguno verazmente suelto,
los tres atados por un cordon umbilical de adoquines,
que debemos destruir.
Algun día (same day, baby) incendiaremos con alcohol
esas calles que nos aprisionan,
Ramón Carrillo, ex Barracas, ex Vieytes y Combate de los pozos,
cuando intenta mancillar a la Av. Caseros,
y sobre el viaducto gorgoteante de la Av. Suarez, nada será móvil,
y el rápido constitución la plata se detendrá azorado,
ante el vacío que la mejor técnica guerrillera hará aparecer;
y la sombra áurea y sonriente del abuelo,
pueda sacar al torito de pelo larguisimo de su encierro.
Con la camisa refulgente y arremangada,
abrirá lenta pero inexorablemente las puertas de la prisión mental.
Para ello dibujaremos un mándala de barrio,
sobre los adoquines húmedos y brillantes,
para que nos libere a los tres;
entonces el polaco volverá a decir, redivivo, que “vuelve al sur”
y nosotros habremos encontrado la paz que nunca tuvimos;
el viejo puente volverá a horizontalizarse y ningún tranvía repleto
de obreros volverá a caer en el riachuelo,
y el gato y el torito se irán en una mil cc. hacia el infinito,
y su viejo sonriera como nunca pudo,
y barracas desaparecerá del catastro y solo será un recuerdo,
para los que pudimos amarla y conocerla;
solo un sentimiento que se lleva en el furioso aullido del corazón.

10.2.09

Besos de febrero y...


Mares tejedores.

Cuan menudito el día del paraíso al descubierto,
sonrisa desenvuelta y cielos furiosos de envidia, ja! Una mejorada razón de mensaje unplugged, de sangre! Eso deja las marcas del deseo,
en los rincones de luces propias
sobre la piel brillante de besos húmedos,
y caricias que se saben ardorosas e incontenibles!
In memorian el verde francés,
que crea una puerta infranqueable en mi memoria,
en mi mar de salivas lanzadas!
Lo inconmensurable de estar aun sobre los pies,
la desproporción de la cama en resurgente, ja!
La sonrisa socarrona y la lágrima a punto de saltar
las vallas de mis pestañas cargadas de tu aroma!
Y las formas invencibles de tu nuca,
cargando mis ojos hasta perderte entre coches sucios,
en el sabor que dejan tus licores en mi boca,
en la temperatura que no puedo bajar,
y la taquicardia que aclama,
por las sedas de tus manos,
envolviendo mis plexos entregadisimos!
Así un café más,
por las cuentas a saldar,
por lo atemporal de tus viajes,
y mis piojosos sueños de caer siempre de pie!

Nota:
Aperplejado sobre los interiores de un país,
donde mi ciudad de huesos flacos hacen epicentro;
donde se come por las lluvias,
y se ama todas las tardes,
con incendios irreproducibles!
Así es la franqueza de hacer correr la sangre
sin freno de manos,
y sin luces alertas!