11.12.08

Sumergido...


Disparos, estruendo,
uno quiere el otro mata,
y así es como rearmo frases hechas
donde solo me entrarían barbaridades,
una sensación de desazón tan onda
que se me duermen las manos en sostenerla,
camas llenas de fangos y besos desembrujados,
apenas tibio esqueleto de una queja que no lleva sonidos
una misa donde mejor no abrir las rodillas
ni apoyar los ojos en los ojos de ningún piso
donde la realidad será maíz clavado en una memoria
que no sabrá desatar un fardo tan errado.
Quiero dormir en los brazos del desamparo
sin que la gracia deje de armarme realidades incrédulas,
despellejadas manos, tejiendo un futuro menos severo.

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