2.12.08

No se dormir...


Con la puerta entreabierta


No dejarme ver,
especie que me mantiene tonto
pero ileso de la incertidumbre
donde todo se pone colorado,
cuando pifia una frase, un nombre,
un hombre que deviene últimamente muy cotidiano
repetitivo en la soledad que lo cohibe,
lo deja a desvelo o pasado del mediodía
para que tenga un porque para su angustia,
un justificativo que lo cegué de la realidad
que carcome en trabajo hostil y noches rasposas,
esgrimiendo frustraciones y desencantos,
forjando un personaje que lo disimule todo lo más posible,
que sea vendible al punto
de que se crea sus propios juegos,
sus ofertas mas impostadas
para que todo lo deje solo otra vez,
que se rearme el juego
que necesita este personaje funesto
para que la mañana este llena de actividades
donde no poder levantarse sea una buena opción,
y encontrar él porque en una taza de café
sea de los hallazgos mejor aventurados,
pero el camino es difícil,
así que a con los planes hechos por la noche anterior,
aun sin salir de la cama, para poder estar furioso,
otra vez personaje haciendo demasiado
bien su laburo y el otro atonito,
muriéndose de pena, mirando el reloj,
caminándose por encima hasta la ducha,
donde se promete que todo paso,
y se deja un nuevo día lleno de similitudes,
de planes vencidos en colchones cansados de sostenerlos.
Donde no morir de pie,
además de borrarle las rodillas
lo deja descarnado en una agonía
donde todos quieren ver la vida como es.

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