6.10.08

Atardecer de un domingo...


Fracturado.

Descartar, volver,
me amplifica en un campo sin márgenes
predeterminados, una sensación que me carga
en absoluto de un frío vertebral casi inexplicable,
una carta rota que explica simuladamente
un último devenir que pide justificaciones
a varias voces, varios míos desacertados
en los porqués que arrastro sin silencios, pero aun así
extremadamente vacíos de explicaciones,
no callarse en estos casos no implica
que una omisión sea una trampa,
es una lista interminable de omitidas medias faltas,
entonces recapitular me pone en lugares
realmente llenos de corrosión, raspones y mismos etc.
Donde mi poca capacidad de,
me limita a que no se sepa nunca todo en su real magnitud
muchas veces no tengo él epilogo de mis madrugadas
en las frágiles retinas de la memoria,
tal vez si los contextos, pero suelen perderse
gran cantidad de detalles mañana por la tarde
que es el mejor horario para despertarme...
para esa etapa ya aprendí que preguntar
no genera soluciones fehacientes,
ya que el resto cargaba con una dicotomía importante
respecto de su estado y aceptación de lo sucedido
puesto que así es como lucho en saber tantas veces
cosas que nadie sabe, otras tantas llevo en la boca
una secuencia que no debo contar, no debo abusar
de los hallazgos de la memoria,
aun así sea muy memorable todo,
soy un animal prácticamente nocturno
que no sabe desaprovechar su limitada condición,
en fin, es uno de los pocos juegos
que me quedan con vida, en esta parafernalia sin recreos
en la que estoy no sutilmente sumergido...

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