Cartas no.
Gracioso,
nunca escribo lo feliz que me pone
la noche más suave,
nunca escribo suave de todos modos.
Pero aun tengo algunas preguntas
que me dejan quieto durante horas,
sin reprimirme, pero absorto,
lleno de silencios helados,
duros como vidrios...
La verdad no sé con que palabras se escribe,
si todo esto no lo es.
Sin dudas, de todos modos,
no dejaría de garabatear entonces.
Parece no caber la desgracia de mi voz
en letras tan pequeñas
como las que he aprendido a escribir,
la sutil franqueza con la que me dejo desflorar
en un juego íntimo y exponente,
como creer que así es como escribo mis poemas,
catarquico medio de no permitir
que la locura termine de colonizarme,
y la muletilla de ponerme trágico u oscuro,
onírico y febril, para que no me queme demás la boca.
Y siempre, siempre me quedo esperando
a que se haga bien tarde,
me dejo sumergir en la somnolienta hora de la madrugada
donde los ruidos se pasean dormidos,
silenciosos, a veces, cerca de mi cuerpo
de mi propio silencio asustando lo que no puedo tocar...
condición humana a la que no tengo modo de evitarme...
Gracioso,
nunca escribo lo feliz que me pone
la noche más suave,
nunca escribo suave de todos modos.
Pero aun tengo algunas preguntas
que me dejan quieto durante horas,
sin reprimirme, pero absorto,
lleno de silencios helados,
duros como vidrios...
La verdad no sé con que palabras se escribe,
si todo esto no lo es.
Sin dudas, de todos modos,
no dejaría de garabatear entonces.
Parece no caber la desgracia de mi voz
en letras tan pequeñas
como las que he aprendido a escribir,
la sutil franqueza con la que me dejo desflorar
en un juego íntimo y exponente,
como creer que así es como escribo mis poemas,
catarquico medio de no permitir
que la locura termine de colonizarme,
y la muletilla de ponerme trágico u oscuro,
onírico y febril, para que no me queme demás la boca.
Y siempre, siempre me quedo esperando
a que se haga bien tarde,
me dejo sumergir en la somnolienta hora de la madrugada
donde los ruidos se pasean dormidos,
silenciosos, a veces, cerca de mi cuerpo
de mi propio silencio asustando lo que no puedo tocar...
condición humana a la que no tengo modo de evitarme...
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4 comentarios:
Lindísimo!!!! "Parece no caber la desgracia de mi voz
en letras tan pequeñas". El anterior, también. Como te dije alguna vez, cuanto más bajás la guardia y sacás a airear las tripas, más conmueven. Cuánto más simple, más profundo llegan. Tanto, que hasta me hicieron dejarte este comentario. Quizás seremos un siempre, o un nunca, pero de todas formas, ¿cómo lograr meterlo en letras tan pequeñas?
e.
Suelo pensar que las personas mas duras, en realidad son las mas vulnerables.
Y tal vez, esa misma vulnerabilidad nos convierte en gente dura, que siempre tiene una palabra belica en los labios.
Una vez mas, sentimentalmente maravilloso.
Jejeje, hola "e".Aveces los agradecimientos tampoco entran en letras tan pequeñas, como ahora viéndote romper fronteras con tus palabras, solo gracias. y ser? somos humanos, te parece poco? un beso enorme.
Y si lady, la palabra bélica es una herramienta de defensa. todo lo demás son las variaciones de la luz, lo intimo. Gracias por pasar como siempre, un abrazo.
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