5.5.08

Desatino...


Inadmisible.

Señor risueño,
me parezco a mí, cuando me quedo escondido,
también a veces me quedo espiando
con la puerta entre abierta,
como un señor jugando bajezas risueño.
La vecina de enfrente que sigue engordando,
me parezco a mí, devorando horas y telones,
perforando mí ultima vergüenza,
como una tortita con el dedo gordo de una vecina.
Muchacho que escribe inmerso en insatisfacción,
me parezco a mí, en lo repetido, en lo cansino
cuando juego con los harapos de una infancia
que aun sigue terminándose, como días,
como hojas garabateadas en los hastíos
de un muchacho escrito insatisfechamente.

No hay comentarios: