26.9.08

Bares...


Sin presagios.

Cartas, una carta a la ayuda,
un lugar donde dejar de estar atado
a las malas costumbres donde la ausencia de colores
se transforma en faltas,
en olores fuertes que impregnan él oxigeno
y son solo imaginaciones acertadas,
convicciones disfrazadas donde se agota la negación,
pero es ahí donde nace la temperamental
transgresión donde suelo caer siempre en mis mismas trampas,
donde de pronto el cuarto donde tengo que moverme
se ha achicado progresivamente y temo no encontrar la puerta,
temo tantas cosas que ando de espaldas,
no para que algo me sorprenda,
sino más bien por que no quiero ver nada de antemano,
una de las cualidades de la cobardía, temer a tener miedo, je, je!
Desnudez inimaginada, andar dejando tanta intima sinceridad
en cartas sin papel, sin tinta, hasta que la termine
y me anime a imprimir el hartazgo
que trato de descifrar en estas líneas,
y mas bien trato de no imaginar mas en silencio, de ahí que salto
a escribir vorazmente, una descripción a priori de lo que esta
tomando por asalto mi garganta y parte de mí pecho,
yo solo me animo a tomar whisky y malas decisiones, ja!
Hasta que algunas veces me cegó y pido un canal de desatinos
donde los errores no sean de notarse y pueda revolear
todos estos fantasmas y malos hábitos lo mas lejos posible,
y poder volver, dejarme un poco mas cerca la próxima vez,
para no tener que justificarme en tormentas o amaneceres oscuros...

21.9.08

Simplemente...


Intitulable.

Una queja de silencio tras mi oído,
maneja las manos de un fantasma que conozco bien,
que bien conoce las formas de mi espalda,
donde tiene devoción en dejar susurros,
pequeñas frases llenas de olores fuertes
y aun así agradables, donde empiezan todos los juegos,
este por particular tiene, que ya no quiero,
que mi habito esta viejo, cansino y malhumorado,
y de todos modos algo me provoca una curiosidad infernal,
una necesidad de ver algo mas haya de mis básicos límites,
pero es la última excusa que vengo repitiendo
sin sol en los resultados, igual tampoco uso
nubes negras, prefiero sinceramente las tormentas...
donde realmente si veo míos dando vueltas, estallidos,
pequeñas formas de reconocimiento, donde nada me queda
pero son muy mías, aun dejando un lindo vacío por recorrer,
una obstinada sucesión donde siempre caigo
lleno de ambigüedad, y una esperanza tonta como todas
para reaparecer sentado, atonito, parafraseando
una lista interminable de posibles mal manejados,
hechos trizas en una noche donde apure las cuerdas
de esta garganta áspera y no sé que decirme antes de dormir
y se regenera él círculo, por que no me voy nada a dormir,
quiero escuchar eso que no puedo decir,
entonces me revuelvo, me busco, me embriago
a ver si no es por niño, y si por loco que al menos
me digo la verdad, pero el alcohol me excita
y luego me duerme inmediatamente,
y además nunca recuerdo lo que digo en una borrachera,
ni siquiera lo que hago, en fin, será la próxima noche,
esta noche...
o ninguna de estas que se pasan de largo el peldaño...

12.9.08

A Saber...


Lento animal nocturno.

Cacería entre el culpable y la culpa
de un ego mancillado en los mismos vidriosos ojos
por donde transcurre este relato,
el luto permitido y un egoísmo que desconozco
hasta que me pega fuerte en la sien,
y debo bajar la cabeza, no mirarme fijo por un rato,
aveces soy capaz de pegarme
cuando me dejo caer tan bajo,
pero la simple aceptación de la realidad
ciertas veces me da un asco interminable,
vergüenzas de esas que dan escalofríos,
contorciones si se quiere,
entonces no me queda mas que enfurecerme,
llenar el recuerdo de puñalitos dando latigazos
en los recovecos donde estaba el polvo de tu esencia,
de donde no va a sacarte ningún corte por severo que sea,
y de todos modos siento amarga la saliva cuando te pienso
ya libre al fin, libre de mis tormentos,
caminando un domingo al mediodía,
con una sonrisa y un hombre que no es
este hombrecito que soy,
y me duele la boca, el entrepiernas,
soy un herido, un auto herido
que se acaba de reconocer en esta condición,
y estoy rabiosamente dolorido,
se me caen las piernas para delante y giro turbulento,
no sé dejarme caer para que esto no se termine
antes que me lo merezca,
pero también descubro que no te podré llamar,
no quiero que me cuentes tus paseos matinales,
me moriría al teléfono, seria muy grotesco,
pero no aparecer me da una sensación
que no-tenia prevista esta vez,
como cuando todas las partidas las gana él más noble,
ahí es donde me quedo sin cartas, sin velos...
no tengo comparaciones con tu persona...