Octava entrega...

Convergencias.

Hacer una pequeña lista de cosas
que aun pudiesen
dejarme incomodo
del mi mismo que no combato,
como dejar crecer
la panza y algunos granos
para el verano,
el gas abierto,
la puerta sin llave
el paquete de puchos
sin arrugar
pero vacío,
la fuente vacía en la heladera,
la canilla haciendo ritmos
irrepetibles,
el botón del baño
mal cerrado,
mis mañas debajo de la almohada,
mis manos en los bolsillos de otro,
la billetera vacía
como una lanza de medianoche
que pueda salvarme la vida, jua!
tantas listas como recuerdos
me queden sin mojar,
en el café con leche que no tomo,
las medias lunas dándose vuelta
sin tetas, sin ganas,
mama quemando
las milanesas de la infancia,
papa rompiendo púas
y manos amigas,
tantos silencios haciendo cola
por un abrazo escuálido,
mi Marte hecho mierda
de sábado por la noche,
la ginebra ya se acabo
y yo nunca acabo adentro,
debería callar un poco menos
y no decir greguerias,
que chipi chipi
se durmió de costado,
que te quiero y no se como se hace,
aun así
somos la misma sombra,
el mismo no mito,
desmitificando
las mentiras de algún borracho
que me quiere mas que yo...

Sonido impreciso.

Rubicundo un niño hace crowl
dentro de la boca
de mis palabras,
esta haciendo risas
atrás de las lágrimas
de su mama muriendo otra vez,
antes que la luna se ponga
atrás de los ojos
de este mismo niño,

que ahora desclava ginebras
de mis viseras
y humedece el mal aliento
de las comas de mis palabras
pillando por ahí,
pateando pelotitas de papel,
para hacer un gol
entre los riñones del pasado,
paseando en el tren fantasma
de mi cabeza,
gritando ensordecedoramente
dentro de los pulmones
para que pida una bocanada por ahí,
por que quiere tirarse
también por ahí
a soltar la cabeza,
a escribirle un poema
a la locura y al amor
que lo tiene tan abandonado y seco!

Septima entrega...

Costillas.

Desvestizando,
ropas, pudores,
volver todo a poner,
medias, piedades, sonrisas.
Vaivén perfecto de ascensores
jugando en la garganta,
como decir eso ahora,
desprender hebillas,

despintar labios,

el frenesí que arruga

las sabanas
esta condimentando las heridas,
también es cierto,
comas, partidas, uno cree
y otros tanto...
Aveces amanezco desnudo
sobre el mundo
de una cama llena
de ambigüedades,
los huesos destemplados
en un juego hartado de pegarse,
de fundirse en lo diáfano del olvido,
bajando calores infernales
de la sinceridad de tu cuerpo
rompiéndose las alas,

abrazando infinito lo mortal de tu vuelo...

Ropas Saladas.

Sigo sin saber no enamorarme
de cada lugar de la mujer
que me comparte en su cena.
Doy vueltas inconclusas,
rápidas y algo torpes,
camino con los pies sueltos,
miro mucho hacia arriba
y los alrededores,
soy de quedarme largo tiempo en silencio,
de beber largamente,
saber como son las tardes más roncas,
manejar la similitud de un final
con un menester cotidiano.
Algo que no rompe los cristales
donde aguarda la bestialidad
donde simulo un leve estigma adulador,
sigo ya no desconociendo la contextura
de la mujer que fatalice mis sentidos,
estoy jugando con los vacíos
en los que dejo horas de mis días,
momento catarquico aun peligroso
donde suelen escaparse verdades algo crudas,
tiempos en los que me presto
y dejo la postura más simple
al aire que me moldea,
que me surque áspero.

Nota:
Soy la simple resolución de un buscador,
vierto sobre cualquier superficie mi curiosidad
la insostenible relación de encuentro y descubrimiento
la carne dual de mi cuerpo, exagerando placer.

Desojándose.

Furiosa atracción,
voy a tener que darte algo
y en algún lugar de tu cuerpo
me quedare adormecido, disuelto...
Una luz impensada,
una llaga en el cuerpo de la memoria
mutando de azules a azabaches,
son respuestas abrigando silencios,
partes, desechos de saber
que me has amado,
herido en silbidos de una madrugada
poblada de ausencias, de velos...
y me bajo del cielo entonces
no podré vocalizar greguerias...
voy a seguir sin hablar,
mirare atentamente cada
acontecimiento de tu cuerpo,
respirare pausado
y también tu intimo ritmo,
me encontrare encantado
sobre los pies de mi vuelo,
tu mas sincero abrazo
repartiendo un oxigeno único...
transportándome a un elixir muy intimo.

Sexta entrega...

Vil.

Salpico,
me desarmo en la similitud
de la propuesta,
donde se rompe la palabra presente
bajo un segundo desprotegido.
La tierra que hecho sobre mi sombra
no ha aprendido a detenerme,
escupo a veces y otras también
sinceridad descomunal,
consuelo para razonamientos
que descuajan corazones.
Aparezco indemne en la altura
con la que despotrica mi memoria,
volvería a empezar nunca,
dejaría todo el tiempo mis manos libres
aun así, siendo tan humano, tan dócil.
Quiero decir otra vez que no tengo palabras,
que las sensaciones que llevo
no son desmontables, tampoco pulcras.
Ahí donde quedarme quieto
seria la trampa donde no contar,
estaría errado, seria final.

Nota:
Encuentro, desencuentro,
no puedo explicar nada de lo hecho,
no traigo borradores para ojos tristes
y tampoco conozco él sin fin
que los calme, los maquille.

Quinta entrega...

Ojos de navaja.

Conocidos y prestados
como un sinónimo
que se hunde en la comisura
de la boca,
por donde sabían
revolotear mis besos
cuando aun mi boca
era solo mía, je!
Y ahí es donde
empezaría el cuento
que no puedo siquiera
imaginar, por trémulo,
por tan parecido a cotidiano
que los ojos se entrecierran
rebotando viejas bellezas
al fondo de la garganta,
haciendo nudos
y esa perversa sensación
de congoja y carcajadas,
que terminan por remitirme
a los principios de las fábulas
que crearon el suelo
donde mástiles humanos
listos para romperse
en una carga de emotividad
y en los sopores
de las manos calmas,
acariciando los asesinatos
de la tristeza en la espalda
con la suavidad
que sostiene el recuerdo
y la imborrable picazón
del deseo desatado y absorto, ja!
Como en un símil
mundo descosiendo
catástrofes tan pequeñas,
como mañanas en las que
ya no puedo encontrarte
en la ya desmedida
amplitud de mi cama desecha!
Nota:
Regenerando una convicción
que tatúo en el pecho
las rutas de un placer tan grave,
como las trampas de la locura cambiando de color bajo mis sabanas!

Un destino

Dos AM.

Un agujero inverosímil,
una luz que destella
enloquecida,
como una sirena policial!

Un hombre que reaprende a manejar el sur,
los durmientes de un puente en descanso,
el olor irrespirable del olvido
y un barco hundido!

Un leopardo cachorro y babiante.
recorre la espesura del rencor inhalante!

Un hombre yace en la víspera
de su logro deseado;
hoy es de piernas cortas,
mañana es el camino!

Nota:
Pasos largos, pasos cortos, dobles!
Manera de correr veredas cada vez más reales;
saltos oblicuos o perpendiculares,
salto ciego de umbrales casi dementes de voluntad!
Conjuro de absortas caras frías,
respuestas que sujetan mis labios, aprietan dientes!
Tal vez callado consiga las palabras justas,
también puedo lograr los alaridos mas arraigados!
No se, capaz no calle para siempre,
no muera para siempre!
Quien sabe?

Una mas...

María sur.

Dos apuestas malas,
vorágine de brazos
bajo un desdén
de caricias tardías,
como despertando de sueños
que hicieron las seis
estaciones diarias,
como un juego matemático
que se yergue en la boca,
tan símil a un susurro constante
bien bajito, con los dientes apretados, je!
Desconcierto y elegancia de póstumos
en un escenario dispuesto
transcurso irresistible, oxigeno!
Que hace sentidos ilegibles
dando vueltas sobre la ambigüedad,
durmiendo en el contenedor del arte,
masticando una frecuencia insostenible
que muestra tanta mugre dentro
que por fuera del cuerpo, ja!
Y así recaigo en los abismos
del sol recostado del otro lado
de este mundo mutando
a ese animal intimo, tres a.m.
que respira dióxido de carbono
y exhala oxígenos,
obliga sangre!

Cebitas de papel.

Pasar por la juguetería, ja!
Y pareciese que juega
con las arañas,
con los sueños
de un recuerdo,
para niños de cincuenta, je!

La ironía,
y los contrapuntos,
de las paredes
gastadas, añejas,
los paquetes
envueltos en pelusas,
tragedias de un manto
de negra espera,
opacada tierra, ja!

Reproductora,
de ancestrales góndolas
de alegrías,
que van por
un pasado
estático y silencioso!

Donde sus colores
se saben
tan grisáceos,
como el elixir
del juguete mudo!

Nota:
Alegoría de un pasado llenos de juegos,
una mañana despierto, un mecano a medio armar,
las armas vacías, los coches mal estacionados,
como si tal vez el personaje, se hubiese quedado dormido
en medio del juego de espionaje, ja!
Que descomprimido parece todo, cuando jugar
recompone la estructura de una infancia plagada
de sabores que aun yacen en jugueterías casi olvidadas,
y dan pelea al patio de un Shopping Center vacío de infancias
creadoras de un pasado reconocible, jugado!

Cuarta entrega...

Azucarando sales.


Dos veces y al fin
una respuesta superfula,
un dios de incógnita
y una herida condenada
a supurar realidades,
un cuchillo oxidado,
una vena certera
y desmembrada
pegándose contra la cripta
de verdades y sabores
amarillos, dorados,
de las madrugadas desnudas,
en una miniatura
del ajeno que nos mata,
como un orgasmo pitufo
rompiendo fronteras mudas,
y al darse vuelta
el desnudo y desprotegido
es uno mismo
aun de pie, aun uno, ja!
Asi como pelea
de cada día,
por levantarnos y dejarnos caer
sublimes en sulfuros,
en cada noche
hasta el hartazgo,
a donde no va a para
la certeza!

Nota:
De comienzos e hijos fuertes,
una daga desbocada,
un reloj perdido
entre las manos y la conciencia,
una nueva hora a morir,
matando una secuencia de realidades!


Entre acto.

(...recuerde que la vida limitada y concreta, para quien procura
indicios del más allá; siempre puede envolvernos en pesadillas
desagradablemente sobrenaturales!...) Bioy Casares.

Ofrecida poesía, ja!
Una mano latente, tibia,
así un paladar abierto,
sombra dispuesta, ardorosa!

Llega el fax del norte,
las casi mandadas Normas, Julias, je!
Alquimista quien sonríe,
despojado el centauro, el argentino!

Y a saber...
los salmos de las elocuentes
maneras de respirar pausado,
de detenerse a tiempo!

Jurar y dar olvido,
a la mentira de sobrevivir obligado,
entregado a bajar siempre el cordón,
sin poder abrir los ojos!

Nota:
Sabor a gruesa tinta marca paso,
latido discontinuo, acéfalo, tartamudo.
Perdido sentido de autosuficiencia,
de color espeso de absorber viseras capaces!

Tercera Entrega

Después de reyes.

Partiendo juegos como un niño
de las tardes más ofuscadas,
una mañana agonizando
amaneceres violáceos,
como un autito en llamas
y una muñeca despatarrada,
junto con la culpa que su
hermana nunca tuvo, je!

Asi de juegos como
a las grandes heridas
de los ya grandes,
no se sabe como,
pero ellos dicen
que el tiempo pasa,
y la verdad que no se
por donde se les pasa aveces, ja!

Y uno tiene que seguir
corriendo y corriendo
para no perderse un minuto
de los recreos, de los dibu,
de la vida que dicen
se pasa volando,
como si pudiera algo volar, je!

Y uno quiere ser niño,
la vida quiere ser un niño
y a nadie le dura,
como las tardes
en que me ofusco
y se dibujan amaneceres
en el cielo oeste,
en los ojos de mis gatos,
en las contorciones
de mis juguetes
pidiendo más fuego,
más juegos que puedan
no repetírseles, je!
Y asi es como hoy
los amaneceres
no se han movido del cielo,
asi es mi juego hoy,
y mi no repetírmelo
será circunstancial,
será de balas,
de gatos fuertes,
de hacer volar el tiempo
mi cabeza, je!

Nota:
Distribuyendo los holocaustos
bajo las sabanas de mis sueños,
clasificando los enjambres fobicos
de un catastrófica marginalidad
de amores y mañanas un poco mas tibias,
sorteando las enseñanzas de niño,
restándolas a las cuentas del almanaque
para que nada borre a nadie,
ni mi ciudad caiga en si misma,
en mis juegos fuertes!



No leas todo.

Saber lo irresponsable de tus ojos,
que les importe un carajo una vez más!

Proyectar filma under´s sobre sabanas usadas,
scanear de miles de cuentos absurdos,
de poesías sordas , sin tiempo!

Y no llorar, no se como
no llorar!

Saber que solo pueden serle fieles a su especie,
pasearse siempre por la hoja de al lado
y no copiar!

Ver que no vas a parar,
que vas a desgastar tus pupilas violetas!

Regalarte mil libros maravillosos,
y que igual leas mi poesía sorda,
sin tiempo!

Nota:
Descentrar tallos,
inflar capullos;
convencer al amor
que se puede amar,
y almorzar jazmines azules!

Segunda Entrega.

Sal negra.

Salir y entrar
del constante
de las dudas abrigando
la mentira,
de la razón desnuda
de voracidades
donde los relojes
clavan sus agujas
en los tiempos de las manos
en los conventillos
de la risa
donde solo ha vivido
la pena y la desgracia
lavando sus patios
con baldazos de sangre,
con los dientes apretados
cepillando todo requejo
que pueda vencer los azares
que han hecho
tan duros los pisos
donde camina la soledad
que usa mis huesos
como escarbadientes,
cada vez que come
una porción de la realidad
que ensucia estos patios
de tierra fértil y perro vencido.

Nota:
Asustando cartas y viejos amores,
creciendo en los laberintos fobicos
de no saber como volver,
y cuando fue que hemos llegado a esto.



Baño de imaginario.

Escaleras lacerantes, pasos arriba,
sonidos raudos, espera, esfuerzo.
Piedras amarillas en el pecho.

La ventana esta con demasiadas ausencias,
los reflejos son muy duros, muy vidrios.
Una puerta muy tensa, incomoda, abierta,
afuera van a pegarme y no tengo frío!

Vacilar en olvidos azules,
contraatacar el vaso!

Apretar la mesa hasta rajar los reflejos,
devolver tensamente la tarjeta, sin frío, (perdón!)
llenar la ventana de absurdas figuras, mirarla.
Cerrar una puerta de movimiento muy cansado, muy tibio:

Acusarse de absortedades, para quedarse sentado,
tragarse la sombra de un respiro, y saber de soledad.

Escupir una piedra amarilla hacia la ventana,
oír la lujuria en estallido, la suavidad de su corte.
Adentro también van a pegarme y no tengo frío!

Reconocer la agudez de la calle aun somnolienta,
abrazar la ausencia hasta dejarla amarilla, como piedra;

Ahogar todas las escaleras, todos las pasos,
todos los sonidos,
e imaginar silencios.

Primeras entregas publicas...

Después de las fiestas.


Sorpresa,
realidad se despertó súper hambrienta,
desconoce pares, formas y sobre todo manos amigas..
quiere comer entrañas y ver que haces con el envase,
te salen callos en los lagrimales de tanto aguantar,
pero las entrañas no se vacían,
se desaparecen lento,
un devenir apostado sobre lo frágil de tu envase
cada día más expuesto, más sutil y rico,
para realidad hecha una fiera desmedida…
la suerte dejo el tren hace meses
y angustia llena vagones, estaciones que siempre
estuvieron limpias y vacías…
la verdad que lo que entiendo solo me deja ver
un paraíso transado por un rato más en la calle desmedida,
sin preguntas ni testigos
que te junten como migas…

Nota:
A decir verdad no tengo palabras para bajar
este halcón envenenado que me llena la garganta
de ácidos, de angustia, de preguntas enroscadas.
No prevengo un final trémulo, lo intuyo…